domingo, 13 de agosto de 2017

Marvin Vargas Herrera: Un preso político
Un cachorro al que no quieren ver suelto

Marvin Vargas H.- Dirigiendo movimiento de ex cachorros.
Foto de La Prensa
¿Cómo comienza este caso? Conocí a la mamá de Marvin Vargas, señora Juana Herrera, en el año 2011 en ocasión de una resolución judicial que ordenó la libertad de Vargas por vencimiento de término, es decir que desde sus inicios el caso judicial adquirió un rumbo torcido.

La mamá de Marvin fue identificaba en el CENIDH como “la cachorra”, dado que su hijo y el tema eran conocidos como el caso del cachorro. Ella por lo general portaba un sombrero pinto tipo BLI (Batallón de Lucha Irregular). Murió en enero de 2015, murió peleando con valentía y dignidad.

Me quedo con esa imagen, la de una mujer, madre, en lucha por ver a su hijo en libertad. Hizo de todo, mejor dicho qué no hizo por alcanzar la libertad del conocido cachorro. En algún momento, alguien le dibujó la posibilidad de un indulto o amnistía, estando claro de que el que controla todos los poderes es quien lo tiene preso, por ende la idea se quedó en el edificio parlamentario.

No obstante, nada le impidió recorrer dependencias estatales y entidades no gubernamentales para su noble propósito. En reiteradas ocasiones denunció los diferentes y constantes abusos contra su hijo tanto en el contexto del arbitrario juicio como dentro del sistema penitenciario, donde lo han sometido a todo tipo de malos tratos como aislamiento, tortura y negación de sus proceso progresivo para el cumplimiento efectivo de la condena impuesta en su contra (5 años y medio) que cumplió en noviembre de 2016.

De lo que son capaces las mujeres, lo dan todo y nosotros ni por cerca actuamos en correspondencia. A su vela y entierro no asistió su hijo preso, el señor de los abusos y la madre de las arbitrariedades no tienen indulgencia para ese tipo de personas, el cachorro cayó en las garras de quienes no toleran ninguna protesta que cuestione el poder, menos cuando provienen de quienes lo dieron todo para que hoy un grupo de oportunistas esté allá arriba.

Creo entonces que un homenaje a la cachorra es romper el silencio y multiplicar las voces para que Vargas sea liberado.

Pero... Cómo empezó todo esto? Creo que podemos abreviar el hecho de que el cachorro al momento de su captura dirigía un movimiento de cumplidores del SMP que demandaban sus derechos, movilizaba tanta cachorrada como opinión pública y he ahí el problema.

Declararse como sandinista y afín al régimen no es suficiente si desde esa posición se dicen verdades, éstas no están en el abecedario de los mandamases, para nada... Así, luego de tomarse predios de la nueva catedral y dar declaraciones de reeditar la operación Danto, la dictadura no se la perdonó.

Cuando lo capturaron, nos contó la cachorra, lo hicieron con un dispositivo de tropas especiales, propias para el asalto y la sorpresa, para criminales organizados,  agentes con pasamontañas y etc., llegaron a capturarlo. Su mamá creía que el caso sería un gran clavo, semejante operativo era para suponerlo.

Cuál fue la sorpresa… Que después apareció acusado por una estafa, raro operativo no... Turbio porque a los estafadores de cuello y millones, de ésta y de la otra, ni por cerca con pensable despliegue, por el contrario cuando los capturan no los exhiben, porque son muy respetuosos de los derechos humanos...  

Cuáles garantías de ser sometido a un legal y debido proceso, cuál seguridad jurídica…

Bien, tan mal amarrado fue el nacatamal del caso que pasaron varios meses de cárcel sin juicio, o sea en violación a los derechos y garantías, a ser procesado mediante un legal y debido proceso, pero que va…A la primera orden de libertad se sumaron otras, mientras el juicio se hizo en medio de esas nebulosas, sin que se acatara ninguna orden de libertad, aunque los operadores de justicia, cuando les conviene, se enjuagan la boca con el cuento de que las órdenes judiciales son de ineludible cumplimiento. 

Este es otro de los tantos ejemplos de la tal seguridad jurídica que no sólo se irrespeta en derechos de propiedad. Este caso le puede servir a quienes están pidiendo ejemplos sobre la injusticia en Nicaragua.

Así, después de 9 meses de prisión, lo condenaron a cinco años y medio. Y podríamos llenar muchas páginas para describir todo lo que ha pasado y padecido en el cumplimiento de la condena. Al fin, llegó noviembre de 2016, el prisionero Vargas Herrera cumplió totalmente la condena arbitraria, aunque antes una juez resolvió darle el beneficio de libertad condicional, la que tampoco cumplieron, y bueno, la familia estaba confiada en verlo salir porque no había ningún caso o hecho legal que lo impidiera.

El abuso de poder se quedaba sin pretexto, pero que va... Las dictaduras no atienden razones, Y es así que se ha prolongado 9 meses más desde que se cumplió la condena por estafa.

Ahora la han sustituido con una prisión también basada en motivaciones políticas. Cómo se explica que sin tener caso alguno, suponiendo que el delito de estafa se cometió… La condena estaba totalmente cumplida y así lo mantuvieron y mantienen encerrado y con extremas medidas de seguridad.

Veamos qué tremendas perlas las que tenemos administrando justicia…Estando el cachorro detenido ilegalmente desde noviembre de 2016, sin causa ni delito alguno, prácticamente secuestrado por el Estado, lo que podríamos resumir como víctima de un crimen de Estado; resulta que en una visita conyugal le pasaron estupefaciente y ahora es traficante de drogas dentro del penal de Tipitapa, con todo y aislamiento y medidas extremas de seguridad que le impiden cualquier amago.

En este segundo caso, el 30 de abril de 2017, un juez penal de audiencias de Managua dijo primero que no era competente en razón del territorio y mandó el caso a Tipitapa porque se supone que en esa localidad se cometió el delito…Resulta que el mismo Juez de Managua que había resuelto correctamente que no era competente, el 1 de mayo día internacional de los trabajadores, en medio del silencio de dicho asueto, cambió de opinión anulando su decisión y aceptó la acusación en Managua. 

Y más rápido de lo que canta un gallo, le impusieron otra condena a 12 años de prisión. Cómo quedan al descubierto con este otro caso…? Para el delito de estafa, se demoraron 9 meses en juzgarlo y condenarlo, en cambio para el tráfico de drogas, se la montaron por la vía rápida y en menos de dos meses lo condenaron, por supuesto es tonto suponer que le respetaron su derecho a la defensa, su derecho a un legal y debido proceso.

Marvin Vargas es un prisionero político, no hay otra manera de entenderlo, no tengo duda de que su encierro está dirigido a doblegarlo a quebrarlo para que no cuestione más al poder.

En el segundo caso, bajo la vigilancia de "la justicia". Foto de La Prensa

Los invito a leer un reportaje publicado en La Prensa del domingo 6 de agosto recién pasado (El secuestro de un cachorro). Comparen las imágenes de su rostro. En el amplio reportaje, entre otras cosas, el periódico señala “Seis años después, Vargas sigue preso. Lo que ha pedido, a través de sus abogados y de los derechos humanos, es que lo saquen y jura que no volverá a organizar protestas contra Ortega. Hoy ya no es el mismo hombre dispuesto a todo para exigir que se vuelva a ver a los ex cachorros. Físicamente está débil. Moralmente está destruido”.

¡Vamos, arriba cachorros!

Comencé recordando a la madre de Marvin Vargas, de cómo ella se puso las pilas para ver libre a su hijo. No pudo ver realizado ese sueño. Estoy consciente de los riesgos de luchar por la libertad y reclamarla legítimamente frente a la tiranía que la oprime, lo más fácil es no hacer nada y no molestar a los poderosos.

Cuando el cachorro cayó preso dirigía una organización que movilizaba a centenares de ex compañeros cumplidores del servicio militar.

Me dirijo a esa cachorrada que fue capaz de movilizarse a los campos de batallas, exponiendo lo mejor que puede tener un ser humano, su vida. Mi llamado a expresar solidaridad activa para con Marvin Vargas.

Si para cumplirle a la patria hubo que arriesgarlo todo a cambio de nada, a tal punto de poner en alto la dignidad de todo un pueblo…Porque no hacerlo ahora, para defender la dignidad y la libertad de uno de sus cachorros, preso por razones políticas, preso por haber cometido el delito de andar suelto exigiendo el cumplimiento a sus derechos.

Quizá por afinidad o por intimidación aun no alzamos la voz en el presente atropello.

Como dice una canción de Carlos Mejía Godoy …Me van a perdonar amigos míos…Yo no puedo callar… Ante el dolor de tanta gente, no puede ser indiferente.

Entonces, no más en silencio ha tenido que ser.



Libertad para el cachorro Marvin Vargas Herrera

jueves, 3 de agosto de 2017

El muro de contención y los migrantes que no cuentan
“Donde vayas van tus derechos”

A la anterior cita que está en una valla estatal, le podríamos agregar otra que dice algo así: La solidaridad es la ternura de los pueblos... Hermosa frase que se me viene a la mente con motivo del tema en reflexión con indignación, o más coloquialmente con arrechura, al conocer de las personas ahogadas que según reportes de noticias, aparecieron en las aguas del pacífico nicaragüense.

Recién leí el libro Los migrantes que no importan, del periodista salvadoreño Óscar Martínez, segunda edición de octubre de 2012, presentado por Carlos Dada Director del periódico Digital El Faro. Por supuesto, no pretendo ni tengo capacidad para desmenuzar tamaña obra. Sólo comentaré lo que me significó su lectura,  escribo entonces como lector impresionado, atrapado por las emociones de lo que me generaron las 289 páginas, de principio a fin son espeluznantes.

Las historias, los hechos narrados estremecen y las considero un regaño a nuestras conciencias, a la conciencia de todos los países, de la humanidad entera, aunque en primera fila estén los Estados y gobiernos que expulsan a sus nacionales para que después, en la búsqueda de mejor vida, sean víctimas de todo el imaginario delictivo que un ser humano pueda sufrir.

La ruta, el recorrido de los migrantes de sur a norte está lleno de campos minados, no sólo por la posibilidad de morir ahogados o por deshidratación en el desierto, en el intento de tocar territorio estadounidense, sino y lo que es peor, antes de intentarlo. Óscar nos cuenta los testimonios de víctimas de violencia sexual, asaltos, torturas, verdaderas ejecuciones, las que soportan con el afán de huir de sus países y realizar un sueño, que para muchos ha sido una pesadilla.

El mencionado periodista  nos comparte cómo mueren los migrantes en su recorrido por el temible tren o cuando menos quedan mutilados porque en su caída pierden uno o más miembros de su cuerpo. Cómo operan los traficantes o tratantes de personas, en general con la complicidad oficial. Para los migrantes la protección a sus derechos es la excepción. 

Y, como en medio de tanta maldad siempre existe una luz, nos cuenta cómo trabajan casas o albergues para los migrantes, como señal de que no todo está perdido, aunque el sueño de llegar hasta el país del norte para muchos se haya truncado.

Entre las personas que expresan la solidaridad como ternura, está el padre Alejandro Solalinde, quien hace pocas semanas estuvo en Nicaragua a cargo de una conferencia magistral en la UCA. Carlos Dada, en la presentación del libro cita palabras del padre que son las siguientes "Si a pesar de todos estos peligros siguen viniendo, cómo será el lugar del que huyen" (página 8).

Mientras terminaba de leer el libro, en Nicaragua las noticias sobre los migrantes estaban más relacionadas a la millonada de dólares que envían al país, sobre sus derechos casi no se dice, porque ellos poco cuentan o como dice el título del libro NO importan, lo que más se cuenta es el dinero que mandan sean dólares o euros.

Nicaragua también tiene su muro

A propósito de la importancia que tienen los migrantes... Basta saber sobre el valor que les dispensa Trump y su muro. Aunque no hay que ir hasta México para estrellarse con el muro, pues acá en nuestro país está uno llamado el muro de contención, sí Nicaragua lo tiene especialmente en la frontera sur con Costa Rica.

Ese muro de contención, firme y extenso que a esa intransigencia inhumana le es atribuible el hecho de que unos migrantes, que buscaban cómo pasar por nuestro hermético territorio, se hayan ahogado en el Pacífico nicaragüense: vidas truncadas, de ellos no sabemos plenamente cuántos son, ni sus nombres ni su origen, sus familias no saben qué les pasó, eran personas, no algas, ni peces.

Murieron en el intento y no pudieron siquiera acercarse a la frontera de la que nos cuenta Oscar en su extraordinario libro. Cuántos son…? Dicen que una media docena de personas, seres humanos que no fueron bienvenidos en el país que dice en vallas que donde vayan van con sus derechos… NO, nada de ese eslogan fue cierto para ellos.

Supimos que se ahogaron exactamente al cumplir un año de otros migrantes que aparecieron en el lago de Nicaragua, también ahogados. Un año después… Y no sabemos los resultados de la investigación que instó Naciones Unidas al Estado de Nicaragua. Es que son las personas, los migrantes que no cuentan.

Y sobre todo, sean siempre capaces de sentir en los más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo. Es la cualidad más linda de un revolucionario” (de la Carta de despedida del Che a sus hijos). Hermosa frase del guerrillero que aparece en camisetas multiplicadas en las concentraciones.

Obviamente ese trato no tiene nada que ver con ternura ni solidaridad. Todo lo contrario, represión pura y dura y eso que habría que “agradecer a Dios” que acá en Nicaragua el Estado es socialista, cristiano y solidario, eso está dicho en nuestra Constitución Política de la República, aunque del dicho a los hechos… Sólo les va quedando en las vallas, porque en la frontera Sur, los migrantes no importan.

Qué ironía, por decir lo menos, las mismas instituciones armadas de policías y militares, cuyos agentes arriesgan sus vidas buscando a los ahogados, son las fuerzas que garantizan el muro de contención y represión contra la inmigración.

Ojalá pronto tengamos capacidad de despertar, alzar la voz y expresar nuestra indignación por los muertos, aunque preocupémonos para que vivan y no mueran en el intento.