jueves, 31 de mayo de 2018


Constitución y Estado terrorista
Escribo golpeado por los acontecimientos más dolorosos que he vivido y sufrido como defensor de derechos humanos en Nicaragua. El actual estado de terror desatado en los últimos 43 días, me trae el recuerdo de cuando tenía 18 años, era junio y julio de 1979, en el derrocamiento de la dictadura dinástica somocista. Época en que estabas con Somoza o eras tiro al blanco, peor para los que éramos jóvenes. Fue el tiempo de los escuadrones de la muerte, reeditados en la actual ola de represión.

La dictadura dinástica y sanguinaria de ahora asesina a jóvenes, niños y pueblo alzado en una rebelión desarmada. Bandera azul y blanco, pitos, tiradoras (huleras) y morteros han recibido el ataque cobarde de fusiles de guerra en manos de una estructura criminal organizada y dirigida desde el poder central a cargo de la familia Ortega Murillo.

El 18 de abril comenzó la rebelión nicaragüense frente a la tiranía y la opresión, acción legítima y constitucional, establecida en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Como lo expongo en los dos artículos anteriores, el 19 de abril comenzaron a asesinar, desde entonces la familia en el poder mantiene la orden de represión criminal y como si se tratara de una guerra, sus soldados y paramilitares tiran a matar.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, en su informe preliminar del 21 de mayo pasado reportó 76 personas asesinadas, 868 heridas y 438 detenidas, sin poder determinar en ese momento la existencia y cantidad de detenidos desaparecidos. El Estado de Nicaragua, en el mal llamado diálogo, se comprometió a cesar la represión y comunicados de la Policía del régimen, dijeron que sus fuerzas del “orden” estaban en sus cuarteles, para justificar la falta de protección a la ciudadanía, el dictador también dijo que la Policía “no tenían orden de disparar”, los hechos lo desmienten.

Desde el informe de la CIDH y con el compromiso declarado del Estado de cesar la represión, los agentes y paras, han ejecutado a unas 30 personas que igualmente ejercían sus derechos humanos constitucionales. Es decir, en 43 días de protesta cívica al menos 100  asesinados, heridos y lesionados suman más de un mil. Detenidos, torturados se cuentan por centenares y una cantidad indeterminada de desaparecidos. Cómo calificar todo eso…? Como Estado terrorista, expresado en toda una estructura y organización criminal.

Por eso, mis dos temas anteriores tienen el título de Dictadura Sangrienta y La Dictadura va a dialogar con orden de matar. No hay que ser adivino para acertar, pues basta observar los acontecimientos para concluir que nos desgobierna una tiranía armada y sanguinaria, los hechos hablan por sí mismos.     

Derechos constitucionales

Como defensor de derechos humanos, en incontables experiencias me ha tocado abogar por la vida e integridad de moros y cristianos, incluidos los que en el pasado reciente, “gobernando desde abajo” paralizaron el país permanentemente durante 16 años y ahora, desde arriba son parte de la estructura criminal que niegan todos los derechos constitucionales, y en extremo el derecho a la vida.

La dictadura mata a nuestro pueblo, ayer masacró una vez más, en el día dedicado a las madres homenajeadas por una multitud cívica; mientras la dictadura hablaba, su anillo de terror estaba desatado disparando a la multitud, fue una especie de castigo a las madres y al pueblo que mayoritariamente les dijo otra vez que ya no los quieren, que se vayan.

Ayer, por la tarde y la noche, cumplieron las amenazas que hicieron correr días antes, masacrar e imponer terror, ese es el único recurso que les queda porque saben y sienten que les llegó la hora, les llegó el momento final, que creen poder evitar quitando la vida y superando a cualquier mente criminal. La historia se repite, el final también.

Resulta que mientras masacran y aplastan todos los derechos humanos, cínicamente reclaman derechos constitucionales como el derecho de circulación, a propósito de los tranques, mientras la tiranía tranca kilómetros enteros a la redonda de su residencia en El Carmen, anteayer ubicaron barricadas con piedras canteras y unos enormes obstáculos poncha llantas. Era el presagio de la orden de disparar a matar, tienen plena conciencia criminal de lo que hacen.

Los asesinos deben estar en la cárcel, los asesinos del pueblo no tienen derecho a gobernar, mucho menos los asesinos en masa y como siguen matando, no cabe discusión alguna de procedimientos constitucionales para quienes durante 11 años se han limpiado con ellos.

Quien mata y aplasta los derechos y garantías, no solo pierde el derecho a gobernar, sino que el pueblo en rebelión está en su legítimo derecho de sacarlos del poder, porque si atendemos los “derechos constitucionales” de la dictadura asesina, llegarán a 2021 y seguirán en el poder encima de nuestros cadáveres.

Abajo la dictadura, si no se van tenemos derecho a derrocarlos, que le pregunten a los descendientes de la dinastía somocista cómo terminó su historia.    



jueves, 17 de mayo de 2018



La dictadura va a dialogar con orden de matar

Con una generalizada represión, la dictadura pretende aplastar la legítima rebelión que ella misma provocó con los sistemáticos crímenes de Estado. En cada poblado que ataca, se multiplica el repudio y el levantamiento popular.  

Las personas asesinadas por la represión de abril aumentan, por los heridos graves que han muerto en mayo, la lista de caídos es la más grande en años de nuestra historia reciente y sigue creciendo; la mayoría son jóvenes y estudiantes, entre las víctimas se incluyen trabajadores, un periodista, dos policías y adolescentes. 

Los asesinos pararon de contar, negando la cantidad de víctimas, pero no dejaron de matar... Ya son casi 60 y la represión criminal está como que comienza, en mayo han matado a otros jóvenes y adolescentes en la UPOLI, Masaya, Sébaco y Matagalpa. Impunemente les privaron de su derecho a la vida.

La dictadura Ortega Murillo sigue matando, único y monstruoso recurso que le va quedando porque gente es lo que menos tiene. Hablan y hablan de amor, paz y no violencia, mientras sus fuerzas criminales desatan el terror. En cuatro semanas, la población ha respondido con una rebelión, desarmada frente a los fusiles de guerra. Los estudiantes no están solos, el pueblo los acoge como sus propios hijos. 

Mañana se cumple un mes del levantamiento, de una legítima rebelión frente a la opresión, es para la historia, escrita con dignidad y heroísmo por la juventud. La represión no cesa, la resistencia tampoco, por el contrario se multiplica por todo el país; inmediatamente después de intensa represión la gente no ha dejado solas a las poblaciones bajo fuego, como Masaya, Sébaco, Matagalpa, Jinotega, Chontales, León y Managua.

Justo reconocer que dentro de ese mar de gente valiente y solidaria están sacerdotes de la iglesia católica que a riesgo de su propia vida han actuado como escudos de protección a los manifestantes, mientras muchos otros se mantienen en silencio por miedo, para no molestar al poder, indiferencia o complicidad. 

Otra vez atacaron la zona de la UPOLI, es raro el día que no lo han hecho, la semana pasada fue contra los estudiantes de la UNAN Managua; tiran a matar, varias de las ciudades mencionadas fueron blancos de ataques en días recientes, en los últimos cinco días se reportan más asesinados y centenares de heridos. Tan extremo y grave es la represión que la cantidad de detenidos, torturados y perseguidos no se logra dimensionar por completo, el daño es monstruoso. El jefe supremo de la represión criminal, pide pruebas sobre todas las barbaries por él ordenadas.

Los criminales, cobardes y cínicos se visten de paz y amor, atacan a cualquier hora, en la oscuridad de la noche y en plena luz del día, sean policías o paramilitares, al final de cuentas son los mismos asesinos al servicio de la dinastía Ortega Murillo.

Se exhiben con sus armas de guerra, escoltados por los policías, la gente identifica a policías vestidos de civil, cumplen al pie de la letra la orden de la familia gobernante. Los criminales del poder saben que la gente los dejó de querer.

Dicen que van a dialogar y mantienen la orden de matar, obviamente saben que se les desvanece el poder, tienen mucho que perder, es tanto lo robado: Poder y riquezas, más los crímenes de Estado que están desatados y siguen masacrando.

Ayer, el que hace de Presidente, con su esposa al lado y otros cómplices, inauguró el “diálogo”, nuevamente ofendió a todo un pueblo, negando los crímenes y todas las graves violaciones a los derechos humanos. El dictador habló conmovido de 60 asesinados en otras y lejanas tierras del mundo, habló de su pasado en lucha que comenzó en la década de los 60, pero se expresó con amnesia por los 60 que aquí su dictadura ha asesinado en tan solo 4 semanas. 

Nuestra juventud, nuestro pueblo no merece seguir sufriendo ni muriendo, ninguna dictadura, ningún criminal tiene derecho a gobernar, es de sentido común, derechos humanos y Derecho Constitucional.

El tiempo que vivimos es de vida o muerte, de libertad o dictadura y el día de ayer la dinastía reafirmó que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para no perder el poder sin importarles el sacrificio y sufrimiento de todo un pueblo. 

Ayer, no solo escuchamos a los principales responsables de todos los crímenes, fue inspirador oír voces que le dijeron en su cara lo que nadie nunca se atrevió a decirles en 11 años, porque el “nuevo modelo de gobierno” solo escuchaba aplausos de sus comparsas. Por eso, aplausos para el Doctor Carlos Tünnermann, para el dirigente campesino Medardo Mairena y el Obispo Abelardo Mata. Y qué decir del universitario y joven Léster Alemán… 

Todas las víctimas fueron homenajeadas en la voz firme, valiente y heroica de Lester, él supo sintetizar los sentimientos de toda una sociedad harta de los abusos del poder. ¡Que hermosos fueron esos momentos, son para la historia!, muchos fuimos estremecidos por la emoción de semejante mensaje, el espíritu de los caídos de abril y mayo se conectó con sus palabras como para decirnos que su sacrificio no está siendo en vano. 

Mientras, del otro lado estaban las caras desdibujadas de los verdugos tragando gordo o tragándose sus mentiras y escuchando lo que no deseaban. Entre todas las mentiras y el cinismo de la pareja, en falso se habló de paramilitares concentrados en la UPOLI, juegos de palabras que no engañan ni a su reducido círculo porque NO existen paramilitares si no son consentidos por las fuerzas del Estado.

Paramilitares o policías, como en efecto los hemos visto operar desde hace un mes. Así los vimos en Ocupa INSS en 2013 y en muchas otras acciones criminales. Entre esas fuerzas que ahora se han constituido como escuadrones de la muerte, busquemos a quienes a media noche o  en la madrugada atacan en diferentes poblaciones. Como prueba del terror negado por Ortega, apocas horas del inicio del tal “diálogo”, dos personas, padre e hijo, fueron ejecutadas en las calles de Bello Horizonte, como en cacería luego de salir precisamente del UPOLI.     

Anunciaron que viene la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), señal de que la dinastía se debilita pero no podemos confiarnos porque siguen siendo peligrosos, cada vez que nos hablan de amor, estemos chiva, porque  es aviso de que vienen horas de terror, crímenes de Estado que el cinismo de Ortega los atribuye a sus víctimas, que ejercen su legítimo derecho de manifestarse.

Hasta el final de sus días, es probable que sigan matando, no podemos creerles ni “tantito así…” sobre sus palabras “bondadosas”. En definitiva, aunque hoy venga la CIDH, ante la represión desatada, es correcto que no cese la legítima rebelión, porque el principio del fin de la dictadura dinástica, ya comenzó.

No más dictadura

Que vivan los estudiantes y nuestra juventud heroica 

Viva Nicaragua libre