LA HUMANIDAD NUNCA ESTARÁ LISTA PARA UNA
GUERRA NUCLEAR
Definitivamente, la humanidad nunca estará lista o preparada para una guerra nuclear. Sonarán todas las sirenas y alarmas del mundo que anuncien los ataques aéreos pero no habría hoyo, por muy profundo que sea, que salve a la humanidad de una hecatombe nuclear.
Podríamos distinguir entre esas destructivas armas ¿Cuál de ellas
es la bondadosa? Todas generan terror y horror, aunque les atribuyan
daños colaterales por error.
Sino preguntemos a los descendientes de Nagasaki e Hiroshima cómo recuerdan y pagan aún las consecuencias de las que les dejaron caer ya hace más de 70 años. Japón es el vivo ejemplo de lo que nunca debió ser, porque se trata del horror que niega la existencia de la humanidad.
La diferencia en este siglo 21 es que, abundan los arsenales
atómicos y parece por los hechos que están bajo control de gente sin control y
todos hablan y actúan en nombre de sus pueblos o de nosotros (cuando dicen
defender a la humanidad).
En los últimos días se reportaron hechos que van en la dirección de esos peligros. Según noticias internacionales, el Estado Norcoreano, dirigido por un descendiente de la dinastía Kim, en medio de celebraciones del 105 aniversario del natalicio de Kim Il Sung, declaró estar listo para una guerra total, en el contexto de elevadas tensiones en la península coreana.
Por su parte, Estados Unidos (EU) desplazó un portaaviones nuclear y su vicepresidente, Mike Pence, pidió al mundo “aplicar más presión y aislamiento a Corea del Norte” haciendo una distinción entre Obama y Trump, destacando que éste último no es blandengue en alusión a que actuará con lo que sea necesario, abriendo la posibilidad de “acciones preventivas”, en respuesta a las pruebas de lanzamiento que ha realizado Corea del Norte, consideradas una amenaza a sus vecinos cercanos y a los propios Estados Unidos.
Mientras tanto, Donald Trump, presidente de los EU supuestamente gana popularidad al intervenir militarmente en Siria, ordenando el lanzamiento de decenas (59) de misiles de crucero Tomahawk, para “disuadir” al régimen de Bashar al-Assad, luego de que se diera a conocer sobre el uso mortal de armas químicas por parte del gobierno Sirio, acusación que rechaza el régimen de este país.
En la misma semana (Santa), contra territorio de Afganistán, EU utilizó la MADRE DE TODAS LAS BOMBAS sólo superada por la potencia de una atómica, cuyos efectos destructivos se destacan como si se tratara de lluvia de chocolates, aunque se nos vende con la bondad de que sólo destruyó túneles usados como refugio por los extremistas que operan imponiendo el terror en Afganistán.
A propósito de generar presión contra Corea del Norte, podemos
interpretar que, en medio de esa alta tensión, esta bomba pre nuclear probada
en Afganistán, es elogiada por su inmensa presión, o sea: Ni para contar el
cuento.
Como indico en el título de la presente opinión, la humanidad
nunca podrá estar lista o preparada para soportar y sobrevivir a los horrores
que significa una conflagración nuclear. En Libia, Irak, Afganistán, Siria,
solo para enunciar una parte de los países sometidos y en guerra, las
consecuencias del horror de los ataques, preventivos y ofensivos han dejado
millones de víctimas entre muertos, heridos, huérfanos, viudas, desplazamientos forzosos, expresados en una inmensa población que busca desolada por algún refugio humanitario que varias de las naciones corresponsables de esas consecuencias, les niegan.
Por ello, URGE alzar nuestras voces contra toda señal que implique la posibilidad de desencadenar un conflicto de tal magnitud. No cabe ninguna justificación, por ende no resulta legítimo el uso de armas de destrucción masiva, más brutales aún de las que ya están acabando con vidas inocentes.
¿Cúal es la diferencia entre el uso de armas químicas y una bomba sólo inferior a la atómica? Siendo que las dos son de exterminio masivo, pareciera una pregunta tonta, quizá la distinción es la “causa que invoca cada uno de los extremos”, cuya consecuencia mortal los termina juntando, aunque uno y otro se adjudiquen ser justicieros y de actuar contra el mal.
La potencia de las bombas no distingue entre terroristas y
población civil, solo después de los estallidos es que nos enteramos de “los
daños colaterales”, igual de mortales, con la nada honrosa aclaración que son
en nombre del bien.
El horror de la guerra debe detenerse, sumemos nuestras voces que eleven la esencia de la humanidad y que sólo una paz real, con justicia y sin opresión, hagan posibles sus mejores y más nobles aspiraciones.
La potencia de las bombas es la negación de la humanidad, sean
para el extermino menor o mayor, selectivo o indiscriminado.
Ninguna guerra puede justificarse en nombre de la humanidad. No hay ideología que valga si ésta es
la negación de la humanidad misma. Las guerras sólo aumentan el sufrimiento y dolor de las grandes mayorías y enriquecen a una minoría de desalmados.
Seguramente, la industria de la guerra celebra el uso de esas armas, sea como se llamen, la actual era armamentista enriquece a un selecto grupo que pone y quita gobernantes, para lo cual ahora inventan la madre de todas las bombas.
Los protagonistas de esas amenazas, dicen que nos defienden, cada uno habla en nombre del bien y de combatir el mal, la guerra y sus consecuencias de horror y dolor, no admiten colores ni banderas.
Como siempre los políticos que idean las guerras, nos pretenden
enganchar que no tienen otra motivación que abogar por la paz haciendo la
guerra, nada más cruel, inhumano y absurdo. Los mueve, a todos por igual, su
interés por el dominio político, económico y territorial incluyendo la
discriminación por diversas razones.
En el pasado, el enemigo era el comunismo, ahora son unos tipos
que utilizan el terror como su forma principal para demostrar sus convicciones.
El caso es que, siempre encuentran los motivos de guerra.
Si hacemos un recuento de los extremos en guerra, sean desde
grupos ilegales o desde los estados, por lo general invocan a un Dios, antes de
matar indiscriminadamente.
La pregunta, que no sería como en las películas: ¿Quiénes eran los
malos y quienes los buenos…? sería apropiada para nuestro epitafio, en caso de
que la humanidad sea sometida a este final atroz; aunque ya no habrían
lectores.
No podía cerrar sin la siguiente reflexión: Las guerras no surgen
de repente o de puro aire, ellas son el acumulado de hechos sucesivos que disfrazados
de amor, en la práctica y por el horror son el símbolo del odio de unos grupos
o estados contra otros.
En nuestra Nicaragua Nicaragüita hay quienes están cargados de
odio y de mentiras, desde el poder impulsan su propia guerrita, aunque se venden como palomitas de la paz. Son maestros de la intolerancia y nadie les
gana en el arte de la manipulación y el maquillaje, son expertos en conversión,
por algo estamos entre los países más felices.
Entonces… Frente a quienes tocan las bocinas de movilización
para la guerra, la persecución y la opresión, nos quedan nuestras voces multiplicando el
clamor y nuestro derecho de vivir en paz, libertad y sin miedo.
No a la guerra