Hay que ser desalmado para admitir que, después de más de 100
días sometidos al terrorismo de Estado, hemos vuelto a la normalidad,
cuando aún está en desarrollo una persecución feroz patrocinada y ejecutada por
el Estado, sus fuerzas paramilitares desplazadas con todos los recursos y que
operan como escuadrones de la muerte.
¿Cómo admitir la vuelta a la normalidad con más de 300
nicaragüenses asesinados y 2 extranjeros? Si a la mayoría de los familiares de
todas esas víctimas ni siquiera les han respetado el derecho de realizar y
enfrentar un duelo humano y decente. Por el contrario, los responsables de esos
crímenes permanecen en la impunidad, negándolo todo o que fue por la fatalidad
de la delincuencia común.
Además, las familias deben asumir la presión y represión “normal”
de las burlas, porque los del gobierno (empezando por el tirano) dicen que han
aparecido vivos, que se mataron entre ellos. La ofensiva receta de la impunidad
viene desde el crimen mismo, los agentes del Estado la han propiciado con la
manipulación de los expedientes y pruebas, como sello de exoneración de los
asesinos con y sin capuchas.
Los de Monimbó y toda Masaya, los pueblos blancos, los
caraceños con Jinotepe y Diriamba a la cabeza, los de Matagalpa y Jinotega con
su Monimbó del norte; los del sur y occidente con León y Sutiava en pie de
lucha; los chontaleños y los Managua con los universitarios y barrios orientales alzados; en fin...Todas las poblaciones del país en resistencia y brutalmente reprimida, toda esa gente recuperó la normalidad perdida?
¿Cuándo y cómo la recuperaron? si aún están bajo persecución,
con las capturas y allanamientos sin orden, las redadas y cacería sin límite… en
medio de la desolación por no estar junto a sus hijos, esposos, padres y
hermanos? Bárbara normalidad…
Las miles de familias con centenares de presos y presas
políticas han vuelto a la normalidad, sin siquiera poder saber cómo están sus
seres queridos en los diferentes centros de tortura?
Clase normalidad la sufrida por las madres expulsadas del
Chipote y la del ciudadano Osvaldo Canizales, esposado a una camioneta policial
y arrastrado por las calles de Jinotepe, con el común de que preguntaban por
sus hijos presos o desaparecidos; o sea ¿es normal que te despojen de tu
derecho a preguntar?.
¿Cómo y cuánta normalidad recuperaron los familiares de los
que huyen en las montañas de nuestra Nicaragua sometida al terror…Cuánta de ella
queda entre las familias de los miles de expulsados de nuestro territorio,
consecuencia de esa persecución feroz a cargo de los que ahora la declaran...?
Cómo y cuánta normalidad pueden tener los familiares de los
detenidos desaparecidos, de los que en su desesperada huida fueron ejecutados por los
bailarines de la muerte y del terror?
¿A qué se refieren los de arriba y cómo entenderla abajo,
entre los centenares de discapacitados, sin ojo y con daños brutales, a ese
estado doloroso y nefasto le llaman normalidad...?
Es la normalidad de los aparatos de represión, extensión
partidaria de la dictadura con la forma de operadores de “justicia”, que
judicializan sin causa legal alguna y que, como verdaderos francotiradores,
aplican las leyes al capricho y antojo de los mismos que ordenaron tirar a
matar. Si tenemos dudas, revisemos cómo encarcelaron a Irlanda Jerez, dos años
después de una presunta condena que de repente se acordaron existía.
Es la normalidad de los presos sin juicios y juicios sin derechos, sin asistencia legal, lejos de su lugar de residencia, con audiencias secretas y como los verdugos saben que no tienen casos, recurren a la tortura e intimidación para que los presos políticos se declaren culpables. Ah... Se me olvidaba que al salir, deben agradecer a ya saben quién.
Esos francotiradores son los mismos que con infame normalidad
persiguen a Nahomy Doris
Urbina Marcenaro, conocida como la Comandante Masha, una joven mujer que desde las trincheras de
Jinotepe nos demostró que ni el cáncer pudo contra su integridad y dignidad de
persona. Los indignos que la persiguen no tienen ni idea de lo que es justicia,
legalidad y derecho como los que defiende la Masha.
Entonces, de qué hablamos... De la normalidad de centenares de
presos políticos que luego de ser liberados buscan alternativas para abandonar
el país, precisamente porque en la carceleada se les propinó el suficiente
tratamiento para no volver por otra...?
¿Existe normalidad entre los nicaragüenses que perdieron su
empleo, entre los médicos y maestros despedidos por no someterse a las órdenes
inhumanas, criminales de la dictadura...?
Sólo en las mentes criminales se celebra esa normalidad, por
eso danzan después de matar, cazar, desaparecer y torturar. Es la pretendida normalidad
de los encumbrados, los poderosos que quieren seguir desgobernando a punta de
sangre y fuego, aunque a sus alrededores abunden sólo los fusiles asesinos,
único recurso que les queda porque gente es lo que menos tienen.
Además de asesinos son normalmente cínicos y mentirosos. Eso
sí, el pueblo podrá ir recuperando normalidad cuando la dictadura dinástica y
sanguinaria pague por todos los crímenes de lesa humanidad y más, cometidos
contra todo un pueblo.
Digan lo que digan, hagan lo que hagan… El pueblo de
Nicaragua vencerá a la dictadura para vivir en libertad y sin miedo, Jodido!!!