miércoles, 29 de junio de 2016

Jóvenes de la Caravana Mesoamericana para el Buen Vivir
Los hicieron vivir y sufrir 48 horas presos en Nicaragua

Era cerca del medio día del pasado sábado. Byron Reyes Ortíz, costarricense, Daniel Espinoza Giménez Cacho, español-mexicano; Salvador Tenorio Pérez, Eugenio Paccelli Chávez y Emmanuel de la Luz Ruiz, mexicanos y Ana Laura Rodríguez, argentina, son los seis jóvenes de la caravana mesoamericana para el buen vivir, quienes promueven el uso racional de los recursos con perspectiva ambiental. Estaban en La Fonseca comunidad de Nueva Guinea, a más de 300 kilómetros de Managua, cuando los sorprendió una arremetida de atropellos.

En su recorrido, ya habían estado en los países de norte, territorios considerados altamente peligrosos en materia de seguridad en general, donde los activistas y promotores de cualquier derecho no están exentos. Por supuesto, para el imaginario de esa juventud, no cabía que en el país “más seguro” les pasara algo grave, máxime que oficialmente hay un slogan parecido al de la caravana: Vivir bonito…

La persecución, intimidación y cárcel fue cuando la solidaridad de los jóvenes llegó a uno de los lugares donde está la resistencia campesina, La Fonseca comunidad de Nueva Guinea, donde defienden sus tierras y su dignidad frente a la ignominia de un mega proyecto entreguista que solo beneficia a la familia en el poder y sus allegados.

Doña Francisca Ramírez líder campesina del Consejo Nacional de defensa de la tierra, el lago y la soberanía y otros dirigentes campesinos eran los anfitriones de los seis jóvenes de la caravana; en el lugar se enseñaba y aprendía a construir hornos ecológicos. A todos se los llevaron presos por un accidente donde un campesino resultó con quemaduras cuando un barril tomó fuego, a lo que el propio Presidente Ortega denominó “una explosión al manipularse sustancias tóxicas”. Pueden ver en el 19 Digital de la pareja que ese día de represión fue denominado como día de bendición. 

En la unidad policial de Nueva Guinea dejaron en libertad al grupo de nacionales, con lo que se evidenciaba la inexistencia de delito alguno; no obstante les insinuaron la comisión de crímenes graves, mientras tanto a los muchachos extranjeros, los trasladaron hasta la capital “solo para hacerles unas preguntas”, eso les dijo un oficial de policía.

Fiscalía: No estaban detenidos ni desaparecidos. En conferencia de prensa realizada el día lunes 27 del mes en curso, la Fiscalía de Managua señaló que los seis jóvenes NO estaban detenidos ni desaparecidos que habían sido requeridos para una investigación… Entonces, si no estaban detenidos ¿cómo explican que los hayan mantenido incomunicados, incluyendo tortura psicológica...?

Para la Fiscalía los seis extranjeros permanecieron entretenidos o de huéspedes de Migración y Extranjería donde los siguieron interrogando y pretendían que firmaran “voluntariamente” una declaración a la ciega. Farsa como esa, de que nunca estuvieron detenidos no tiene parangón. La tragedia como comedia.

48 horas detenidos arbitrariamente sin causa legal alguna, ni migratoria, ni criminal. A los nacionales y extranjeros les violaron sus derechos humanos a la libertad, integridad y el derecho a un legal y debido procedimiento. Se trató de un abuso de poder con la responsabilidad del propio Presidente que tenemos a la brava.

Desde el primer momento de la captura de los extranjeros hasta su expulsión de nuestro territorio, el régimen exhibió la soberbia, prepotencia y su carácter inhumano, por cuanto los sacó del país sin permitirles asistencia legal ni consular, derecho de todo extranjero y obligación internacional de los Estados.

Se trató de una detención arbitraria e inconstitucional, reprimiendo la solidaridad, el derecho de circulación y arriesgando lo que no sufrieron en los países más peligrosos: Su seguridad.

Cuando se dice legal y debido proceso, incluye el derecho a apelación para lo que hace a la deportación o expulsión, por supuesto todo eso solo está escrito en la Constitución, en la Ley de Migración y Extranjería nicaragüenses. Ambos instrumentos son lo que dice el comandante que sean, por eso es que tenemos una policía política que no atiende razones y derechos, sino todo lo contrario.

Ya se cuentan por decenas los extranjeros expulsados del país, en los últimos seis años del régimen impuesto por el asalto a la Constitución Política de Nicaragua. Entre ellos encontramos italianos, franceses, mexicanos, españoles, suecos, ticos, brasileras, de Argentina, venezolanos, peruanos estadounidenses, bolivianas y chilenos, o sea de este y del otro lado del charco.

Común: Sin causa legal alguna que justifique ningún tipo de apremio corporal, mucho menos su deportación o expulsión del país. El ejemplo es sencillo: Si a una persona la detienen porque se le imputa un delito y éste no existe… Entonces, cómo justifican su expulsión del país? NO hay, de hecho ni de derecho, nada que valide esa decisión abusiva que ha caracterizado a un Daniel Ortega y su esposa, y por supuesto a los órganos represivos.

En las últimas semanas, la dinastía en el poder ha estado repartiendo golpes como el boxeador desesperado que carece de técnica pero es experto en trampas, aunque sabe que nunca ganará la pelea a su contrincante, espera pegar uno de suerte para noquear y termina ahogándose en el ring.

Resultados positivos: La fuerzas represivas no logran silenciar la dignidad de gente valiente como las del movimiento campesino liderado por Doña Francisca, la protesta de los familiares de los detenidos se hizo sentir más allá de nuestras fronteras, así como el reclamo beligerante de algunas embajadas como la de México y Costa Rica.

Hubo nicaragüenses mediante las multiplicadas redes sociales y los que salieron a las calles a repudiar la criminalización de la solidaridad y no dejaron solos a los muchachos de la caravana, con lo cual dejamos constancia que una cosa es la familia que se parece a Somoza y otra la gente de Nicaragua que no se resigna a vivir y sufrir una nueva dictadura.


Ah… También se va desenmascarando el cuento y la farsa de que los abusadores son un buen gobierno. Buenos para la maldad es que son.

!Derecho que no se defiende es Derecho que se pierde!

martes, 14 de junio de 2016

Detención arbitraria e inconstitucional de joven mexicano
Jobany Torres Becerra

El 1 de junio en curso, en el Aeropuerto Internacional Augusto C Sandino, fue detenido el joven y ciudadano mexicano Jobany Torres Becerra, de 23 años de edad, cuando pretendía abordar un vuelo con destino a México. Según reportes periodísticos, Jobany desde su arresto permanece en la Dirección de Auxilio Judicial Nacional (El chipote), sistema carcelario de non gratos recuerdos pasados y presentes, caracterizados por actos de tortura, sea física o psicológica.

La noticia de la detención fue publicada la semana pasada, destacando el aislamiento en que permanecía, sin asistencia legal ni consular. Ya con referencias más completas se conoció que vino a Nicaragua en el mes de marzo de la Universidad Autónoma de Zacatecas, México. Seguramente cuando optó por hacer pasantía en nuestro país se imaginó a la Nicaragua Nicaragüita, solidaria, como la recibida por Sandino en México.

Pero, ¿Cómo fueron esos meses de estadía en una empresa minera en Nicaragua para motivar su decisión de irse sin avisar el 30 de mayo del año en curso, dos días antes de su detención en el aeropuerto…? ¿Cuáles son las razones de hecho y de derecho de su arresto? ¿Por qué los apremios ilegítimos, la incomunicación? Sea cual sea el cargo imputado en contra del joven Torres Becerra, ¿por qué lo acusaron a casi dos semanas de su detención?

Al respecto, es pertinente señalar que el artículo 33 de la Constitución Política de Nicaragua dice: Nadie puede ser sometido a detención o prisión arbitraria, ni ser privado de su libertad, salvo por causas fijadas por la ley con arreglo a un procedimiento legal. En consecuencia:

1) La detención sólo podrá efectuarse en virtud de mandamiento escrito de juez competente o de las autoridades expresamente facultades por la ley, salvo el caso de flagrante delito.

2) Todo detenido tiene derecho:
2.1 A ser informado sin demora, en idioma o lengua que comprenda y en forma detallada, de las causas de su detención y de la acusación formulada en su contra; a que se informe de su detención por parte de la Policía y él mismo a informar a su familia o a quien estime conveniente; y también a ser tratado con el respeto debido a la dignidad inherente al ser humano.

Por su parte el numeral 2.2 dice: A ser puesto en libertad o a la orden de autoridad competente dentro del plazo de las 48 horas posteriores a su detención. De la simple lectura y sin ser abogados, podemos concluir que no hay detención sin causa legalmente establecida. Entonces, la constitución y los derechos humanos se violentan cada vez que una persona permanece detenida por más de 48 horas sin ser acusada y puesta a la orden de la autoridad competente, para ser preciso ante un juez.

En el caso del mexicano Torres Becerra, la acusación fue puesta el domingo 12 de junio y la audiencia preliminar ante un juez local fue ayer lunes 13 de junio. Conclusión: Fue acusado fuera del término y en violación a su derecho y garantía, permaneciendo arrestado sin causa legal debidamente establecida.

Pero, los operadores políticos que actuaron en ese enredo jurídico tratan de componerla señalando que su detención se formalizó el día 10 de junio, otra más de la serie de abusos cometidos en perjuicio de los derechos individuales del detenido. Qué clase de cáscara o desfachatez afirmar que legalmente fue detenido hasta el 10.

De dicha confesión podemos deducir que desde el 1 de junio entonces lo tenían efectivamente secuestrado, porque el ciudadano mexicano NO tenía ninguna causa legal o irregularidad migratoria que justificara la “retención”, que por lo demás resulta repulsiva considerarlo retenido y casi que entretenido en manos del Chipote.

La fiscal que lo acusó en conferencia de prensa hizo gala de los motivos que habían dado lugar a ponerlo a la orden del juez bajo el cargo de simular su desaparición para desprestigiar al gobierno de unidad y reconciliación, aplicándole el artículo 473 del código penal que dice: “quien ante la autoridad competente simule ser responsable o víctima de un delito, o denuncie uno inexistente y provoque actuaciones de investigación o procesales, se le impondrá de cien a doscientos días de multa”.

Como observamos, la pena es pecuniaria, de tal manera que no existe la más mínima razón y proporcionalidad de su arresto prolongado, porque la constitución lo prohíbe y la ley específica indica que no cabe prisión ni preventiva ni definitiva. A petición de la fiscal el juez ordenó prisión porque el acusado es extranjero, distinción que viola el derecho constitucional y universal de no discriminación.

Ahora bien, si Torres Becerra abandonó el lugar de su pasantía sin avisar… ¿Cómo es que “simuló su desaparición ante autoridad competente…? En todo caso, si cometió una falta que movió a la diligente policía, ¿acaso ésta no se constituyó en una real amenaza para la seguridad e integridad del detenido arbitrariamente?

La negativa de permitirle asistencia legal y consular es otro derecho y garantía violentado en perjuicio del detenido. Es más, se cuenta que fueron otros mexicanos quienes informaron a su embajada de que el estudiante Torres Becerra estaba en el chipote y fue hasta la audiencia de ayer que se conoció que el consulado mexicano pudo ver al referido joven, irrespetando el Estado de Nicaragua, la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.

Para variar, el detenido fue presentado con señales de una evidente golpiza minimizada por la fiscal quien manifestó que el mexicano Torres se golpeó solo, se auto infligió las lesiones debido a su aflicción, a la angustia que le causó haber mentido y provocado una tensión nacional e internacional.

O sea, estamos frente a un ciudadano que inventó una mentira para desprestigiar al buen gobierno de los operadores políticos. El mexicano se constituyó entonces en protagonista de un acto tan grave como fue ofender a un gobierno honesto, honrado y que nunca nos ha mentido a los nicaragüenses, eso sí es para una película de malvados y de mala calidad.

En caso de que fuera cierto todo lo que se dice por el Estado… ¿A dónde está el acto de justicia?, pues el encierro con denegación de sus derechos, es propio de una venganza y por la enrarecida historia del caso, en eso sí coincidiríamos que los convierte en único y originales, por la cáscara, falta de dignidad y vergüenza en la administración o manipulación de justicia.

Si existe un delito y de verdad muy serio, es el de detención ilegal, arbitraria, prolongada e inconstitucional. Ah... Se presume tortura mientras no demuestren lo contrario.

Por si faltara algo… Está el teatro: Un cierre de caso donde el mexicano ayer se declaró culpable, pues el cálculo de los operadores políticos es simplificar el clavo (problema) del gobierno de Nicaragua, para que no se siga hablando más y reducir los costos de otra más, de una cadena de abusos, por desgracia ya común en nuestro paisito.

Por imposición o por convicción, lo que tenemos de instituciones no disimulan su orteguismo, el mismo que les impide realizar las debidas diligencias de investigación para esclarecer una larga lista de verdaderos y graves crímenes que permanecen en la impunidad. Se mueven y se conmueven en casos por selección con discriminación.

Lo que nos debe quedar claro es que, sean mexicanos, ticos, italianos, de cualquier nacionalidad, en Nicaragua nuestra constitución reconoce por igual y sin discriminación los derechos humanos como los que fueron y son violentados en perjuicio de  Torres Becerra. Lo demás es pura si mula ción.


¡Derecho que no se defiende en Derecho que se pierde!

sábado, 4 de junio de 2016

A Benito Chele  

Éramos jóvenes cuando nos conocimos, vos no alcanzabas los treinta yo rondaba los 33. Llegaste al CENIDH como conductor, eras un militar retirado después de haber prestado servicio en los 80, esa trayectoria de tu vida nos la contaste apenas comenzaste; tiempos en que todavía las contradicciones se resolvían a balazos, con los rearmados (los re contras y los re compas). Esta parte de la historia, de violencia y privación de la vida, fue tema y contenido primordial del accionar del CENIDH en sus primeros años de fundación.

En ese contexto transitaste de soldado a profesional del volante y recorriste muchas partes de nuestro territorio con la responsabilidad de salvaguardar la vida y seguridad de tus colegas de trabajo, a tu lado entre esas muchas ocasiones, anduvo y estuvo la Presidenta del CENIDH, Dra. Vilma Núñez de Escorcia.

Cuántos momentos y días difíciles y especiales viviste con ella y con nosotros, con el colectivo de defensoras y defensores, junto con Humberto (el gordo que ahora está flaco) recogiste historias completas o las completabas simultáneamente mientras el equipo investigaba las denuncias por violaciones a DDHH o participando en alguna manifestación, talleres de educación, todo en pro de acompañar a las víctimas en lucha y a los sectores más desposeídos.

Te convertiste en un activista de DDHH. Quizá no habíamos levantado alguna información relevante, ahí estaba tu intuición que trascendía a tu principal responsabilidad de conducir. Fueron más de 20 años, dos décadas con nosotros y por los otros. 

Recuerdo que estábamos tiernos en la onda de defender DDHH cuando viajamos a Honduras, en busca del nicaragüense Juan Pablo Laguna Cruz, acompañando a su hermana Adilia Laguna, una mujer que nos brindó una demostración de lucha, valentía y dignidad.

En ese viaje pasamos horas de emoción con tensión como el momento de exhumación del cadáver de Juan Pablo, asesinado por agentes hondureños, Adilia en su cara les dijo asesinos. Ahí andábamos, sin conocer ese territorio, incluso no extraviamos por un rato y vos te veías nervioso, no era para menos dada tu responsabilidad de llevar y traernos de regreso.

En las diversas experiencias caracterizadas por el riesgo, estuvo también tu participación señalando u observando con pertinencia acerca del cuidado que debíamos tener para no sufrir mayores daños y riesgos.

Después de superar esos momentos especiales por lo general recurrimos a la risa y al gozo, a la jodedera, una combinación del compromiso asumido con todo lo que ello implica y la satisfacción de servir a los demás. Ahí, en todas esas hermosas y riesgosas jornadas estuviste con nosotros.

No es extraño entonces, ahora que te han privado de la vida, la avalancha de tus amigos y amigas viniendo al Cenidh o preguntando por vos y el final no esperado.

Los que trabajan como conductor de forma permanente, viajando a lo largo y ancho de Nicaragua, por la fatiga propia de esos recorridos, prevén la posibilidad de los riesgos de sufrir cualquier accidente. Por ende, algunas de las llamadas preguntaban si tu muerte había sido producto de un choque, NO…

...Sin imaginarlo un conductor de alta y homicida velocidad, fue quien levantó por los aires tu vida, sin darte la oportunidad de decirnos hasta siempre. El alcohol combinado con la temeraria y criminal velocidad hizo posible ese trágico y nefasto resultado. 

Uno de los canales propiedad de la nueva dinastía exhibió tu cuerpo ya sin vida, aun cuando esas imágenes son impublicables y seguro jamás las pondrían si se tratara de uno de sus allegados, de esa forma te agraviaron pero nosotros reivindicamos tu rostro sonriente en la plenitud de tu vida.

Nos dejas el recuerdo vivo de la espera con el calendario en mano, en la cuenta regresiva de la venida de tu hija Jimena que estudia en España y que se juntaría con tu esposa Silvia Elena y tu otra hija María de los Ángeles.

A ellas, a tu familia nuestro abrazo solidario con profunda emoción. Mañana domingo que las acompañaremos para el hasta siempre, podremos decir junto que abrazamos una causa común por la que vale la pena vivir y luchar.

José Benito Díaz (Benito Chele): Nos quedamos con los mejores momentos que dedicaste en vida y para la vida.

Con cariño, tus colegas del CENIDH