¿Sin Ley y sin
Derechos?
Necesito llamar por teléfono a mi
Abogado y a mi Embajada, dijo el Italiano Alberto Boschi, antes de ser
expulsado de Nicaragua la noche del recién pasado lunes 12 de enero. Horas
antes había sido detenido por agentes del Estado que, por su actuación,
parecían secuestradores, pues cuando lo detuvieron no le mostraron ninguna
orden de autoridad competente, papel ni chiquito ni grande, tampoco estaba
cometiendo delito para justificar la persecución frente un flagrante delito
(artículo 33 constitucional).
En el operativo, la mayoría andaban
vestidos de civil, algunos uniformados de policías, y para no fallar en sus
propósitos al momento de detenerlo gritaron: Esos son unos ladrones y
narcotraficantes, logrando que más de alguna persona que presenció la acción
dijera échenlos presos y denle duro… Con Boschi fueron detenidos también dos
ciudadanos nicaragüenses. Encerrados en un área con temperatura para sentir y
sufrir por lo frío.
La respuesta al detenido que reclamó
sus derechos fue: Vos no tenés Derecho, vas expulsado de
Nicaragua y tenés prohibido entrar en los próximos cinco años. Que tengo una hija de nueve años en
este país, no nos importa vos no tenés derechos acá en Nicaragua. Entonces entréguenme la resolución donde dicen que me echan de
este país… La misma respuesta de los “agentes encargados de hacer cumplir la
ley”. ¿Cuál Ley, Cuáles Derechos? Obviamente que en el caso concreto, la orden
fue cumplida, aunque sin ley y arrasando los derechos del mencionado ciudadano.
Fue parte de lo que contó Boschi desde Italia.
La Ley 761, Ley General de Migración
y Extranjería, establece el derecho de Revisión y de Apelación para la
Deportación y la Expulsión, según sea el caso. Para ambas decisiones se debe
formular la respectiva resolución debidamente fundamentada (Arto 173), donde se
demuestren las razones que dan lugar a cualquiera de dichas medidas, con
derecho de ser oído, para no quedar en la indefensión, no es más que la
garantía y derecho de un legal y debido proceso administrativo, que incluye
asistencia legal y consular. Esto es Derecho y no está al arbitrario del poder
concederlo o no.
El art. 11, de dicha ley
referido a Derechos, dice: En Nicaragua, las personas extranjeras gozan de los
mismos derechos y garantías individuales y sociales reconocidas para los
nicaragüenses en la Constitución Política, los instrumentos internacionales de
derechos humanos y en materia migratoria debidamente ratificados por Nicaragua,
salvo las limitaciones que establezca la Constitución Política y las leyes de
la República. De acuerdo a lo establecido en el artículo 27 de la Constitución
Política, el Estado nicaragüense respeta y garantiza los derechos reconocidos
en la Constitución a todas las personas que se encuentren en su territorio y
estén sujetas a su jurisdicción.
Boschi entró el 23 de diciembre de
2015, por el Aeropuerto Internacional que lleva el nombre del ciudadano más
representativo de nuestra dignidad y patriotismo: Augusto C. Sandino,
internacionalista que conoció sobre el valor de la solidaridad y la importancia
de la misma para los inmigrantes, pues Sandino fue uno de ellos.
Ahora bien, si el italiano tenía una
causa legal, criminal pendiente, lo lógico era que lo detuvieran al momento de
ingresar al país, si lo dejaron pasar normalmente todo indicaba que no había
nada en su contra... Y si cometió algún delito después del 23 de diciembre
estando en nuestro país, lo que cabía también es la acusación, es lo que corresponde
en un país gobernado por el derecho, pero en Nicaragua nos gobierna la
arbitrariedad y el autoritarismo, sin ley ni derecho.
Ese tipo de comportamiento no es
único, ni tampoco original en Nicaragua, se trata de una actuación reiterada
pero no pareja con todo mundo, aunque sí es responsabilidad de la pareja, ya
que hay ciudadanos extranjeros tratados como amigos a quienes se les dispensa
todo el cariño habido y por haber, tocados con guantes de seda, aunque en sus
países tengan alguna cuenta pendiente.
En los últimos años, el Estado
administrado por el gobierno de Daniel Ortega ha hecho de las suyas con
extranjeros, echándolos del país sea por razones políticas o económicas, sin
escatimar fuerzas en operativos que en un dos por tres han demostrado una
eficacia policial que ni por cerca la exhiben con violadores de niñas y niños,
asesinos de mujeres, agresores impunes por sus vínculos o poder político, económico
y religioso.
Así estamos, esos son nuestros
desafíos, si no cambiamos este actual y nefasto comportamiento, tendremos
siempre una clase política gobernante corrupta y en sistemática violación a los
derechos humanos de nicas y extranjeros, ah… bajo el alero del doble rasero,
con las 3P: Plomo para los enemigos, plata para los amigos y palo para los
indiferentes.
En nuestra decisión con ciudadanía
activa y responsable está la posibilidad de no seguir aguantando los
abusos.
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