viernes, 12 de febrero de 2016



Padre Fernando Cardenal Martínez
Habían pasado pocas semanas de aquel histórico 19 de julio de 1979, cuando se echó a andar otra inmensa y también histórica obra: La gran Cruzada Nacional de Alfabetización (CNA), para lo cual se formó en tiempo record el Ejército Popular de Alfabetización (EPA), al frente de semejante tarea como Coordinador de la misma estuvo el Padre Fernando Cardenal, para muchos amigos cercanos es el Padre Fernando. Y ve que fue el primer brigadista de Alfabetización, un gran EPA porque la Cruzada fue un gran éxito que pasó a la historia y es parte de nuestra memoria e identidad como generación de los 80 de la que me siento orgulloso. 

Fue mi primera tarea social y la primera vez que me separé por varios meses de mis seres queridos más cercanos, aunque la mayoría de mis hermanos también se movilizaron con el apoyo de nuestros padres, pero de quien quiero hablar es del Padre Fernando.

Yo tenía 19 años, en persona fue al primer Jesuita que conocí aunque de pasada había oído hablar de ellos en Nicaragua. Apenas era un chavalo. Recuerdo como ahora que el Padre estuvo con nosotros en El Rama, en el acto de clausura de la jornada alfabetizadora, su emoción por convertir la oscurana en claridad no la puedo describir. La batalla contra la ignorancia fue un éxito que movilizó a decenas de miles de chavalas y chavalos y el P. Cardenal SJ, fue su líder indiscutible y referente moral de la CNA.

Ya en mis tiempos de dirigente zonal y fundador de la JS19J, compartí con él algunas veces, pues fue Vice coordinador nacional de dicha organización, o sea un jesuita como líder juvenil, varios años mayor que nosotros, pero tanto en la CNA como en la JS y como ministro de Educación le hizo güevo, con brillo, inteligencia y sobre todo con un compromiso de los que ahora nos hacen falta. El P. Fernando es todo un jesuita que se la juega y se la ha jugado (arriesgado). Sus 80 años no han sido en vano, para mí el ejemplo del sacerdote que con sus acciones, es uno de los más consecuentes con aquella definición de opción preferencial por los pobres.

Como parte de su testimonio de vida, nos cuenta que en el proceso de formación del sacerdocio estando en Colombia, sintió de cerca la pobreza en barrios marginado y que después de comprar un pan, cuando iba de regreso para donde estaba su comunidad religiosa, en el camino lo repartió todo porque no podía actuar con indiferencia sobre ese estado de necesidad.

Conocí a otros jesuitas, entre ellos a mi gran maestro y amigo P. César Jerez, a quien lloramos y seguro que también Fernando lo lloró porque ese indígena guatemalteco fue de los comprometidos con la revolución y con los pobres, como Fernando Cardenal.

Según cuenta la historia, la compañía de Jesús ha tenido sacerdotes para todos los tiempos. Varios de ellos asesinados como Rutilio Grande y los jesuitas de la UCA en El Salvador, entre otros. El P. Cardenal es un cura de los meros meros comprometidos y a prueba de todo terreno. Por haber optado de verdad por los pobres, al servicio de la Revolución Sandinista, enfrentó los temporales de la intolerancia institucional, porque prefirió acompañar a su gente de corazón y con acción, predicó con el ejemplo lo que debe ser un verdadero cristiano. Por varios años fue separado como sacerdote y volvió sin haber perdido sus méritos.

Ahora que el Padre Fernando está en delicado estado de salud, después de que regresé del hospital donde se encuentra enfrentando otra batalla, me sentí en la necesidad de dedicarle el presente escrito sobre lo que guardo en la memoria de ese extraordinario ser humano, quien desde hace varios años ha estado al frente de otro hermoso proyecto educativo como es Fe y Alegría. 

Cada vez que platicamos ahí, he recibido de él, con su humildad, los consejos y la motivación para seguir defendiendo los derechos de todas y todos. Siempre preocupado por los demás y con aquella inspiración por la que alguna vez dijo: “Mi esperanza es que los jóvenes vuelvan a las calles a hacer historia”.- Ese día llegará, P. Fernando, mientras tanto Usted ha hecho su parte.

Elevo mis mejores pensamientos y sentimientos, en mi nombre y el de mi familia, para que ese ser humano, para que esa persona a la que nunca he visto se le hayan subido los humos, para que se recupere y lo tengamos mucho más tiempo. 

En todo caso, querido Padre: Su vida no ha sido la de cualquier pasajero por este nuestro agitado planeta. Su misión ha sido sobrecumplida.

Reconocimiento y cariño inolvidable a tu ejemplo, hermano Cura Fernando Cardenal.

3 comentarios:

  1. Que hermoso testimonio Gonzalo! Gracias. Las Viejas generaciones necesitamos eso recuerdos "prestados" y las nuevas necesitan oir nuevamente lo que en Nicaragua sucedio cuando la solidaridad era uno de los ideales mas importantes, estabamos construyendo al "hombre Nuevo". Gracias una vez mas por no dejar que nos despitemos y olvidemos a los companeros que llevaron a cabo proyectos tan maravillosos como fue la capana de alfabetizacion y como vos decis con el gran merito que nunca que se le subieran los humos o que se ovidaran de su pueblo por el que lucharon.

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    1. Que bien Ambar y gracias por ver utilidad en los temas expuestos. Animan a mantener y mejorarlos

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    2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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