La Dinastía Ortega
Murillo: Una dictadura sangrienta
LAPRENSA/ÓSCAR NAVARRETE
Dedico el presente, al pueblo en rebelión, a los jóvenes y universitarios, especialmente a los que murieron por las balas asesinas disparadas por orden de la dinastía.
Dedico el presente, al pueblo en rebelión, a los jóvenes y universitarios, especialmente a los que murieron por las balas asesinas disparadas por orden de la dinastía.
Comencé a escribir la presente
reflexión, luego del decretazo contra los asegurados y pensionados del
Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS) y cuando todavía se sentía la
hostilidad gubernamental contra quienes elevaron la voz (La Fundación del Río y
jóvenes en la UCA), por la negligencia en el incendio de la Reserva Indio Maíz,
al sur de Nicaragua.
Como en una carrera de relevo, la
protesta cívica de esos jóvenes ambientalistas, se conectó también con la
defensa de nuestros derechos sociales. La represión estatal y paramilitar no se
hizo esperar. En ese contexto adverso, los jóvenes activaron nuestras
conciencias repudiando la confiscación de nuestros derechos, presentes y
futuros.
El pasado miércoles 18 de abril,
en las primeras manifestaciones realizadas en León, Managua y otras ciudades,
los impedimentos los puso la Policía (llamada Nacional) y con los
uniformados del poder atacaron y lesionaron impunemente a jóvenes, adultos y
mujeres.
Con mis colegas del CENIDH, en la
anoche de ese mismo miércoles, en la Rotonda Jean Paul Genie de Managua, pude
constatar la acción coordinada y subordina de la Policía del régimen, con una
fuerza organizada que comete crímenes sin que se le aplique la ley, por el
contrario son resguardados por la institución que por mandato constitucional
debe prevenir delitos (Artículo 97 constitucional).
Ahí tuve la oportunidad de reclamarle al jefe que dirigía las tropas antimotines de que no permitiera la comisión de un nuevo crimen, pero que va, la violencia de Estado se consumó, mientras reclamaba la acción cobarde de uno de los para, me golpearon la cabeza con un bate y a otros colegas a pedrada, pero intrascendente para lo que harían después.
Ahí tuve la oportunidad de reclamarle al jefe que dirigía las tropas antimotines de que no permitiera la comisión de un nuevo crimen, pero que va, la violencia de Estado se consumó, mientras reclamaba la acción cobarde de uno de los para, me golpearon la cabeza con un bate y a otros colegas a pedrada, pero intrascendente para lo que harían después.
Al día siguiente comenzaron a
matar, por eso el título de arriba me lo terminó de sugerir la misma
dictadura, debido a los crímenes de Estado; en tan solo 5 días han privado
de la vida a más de 25 personas, incluyendo niños y no conocemos a cuántos más porque los crímenes fueron acompañados con la negación de la información y la verdad. Tantos asesinados supera la cantidad de muertos en las luchas
universitarias y sociales durante los tres gobiernos anteriores (1990-2006).
Desde que Daniel Ortega Saavedra se instaló en el gobierno, en “su segunda etapa de la revolución”, hace ya 11 años, en general el país había permanecido en una relativa calma; a tal punto que las graves violaciones a los derechos humanos contra la vida, la libertad y otros derechos, no habían sido suficiente para estremecer conciencias y poner en su lugar a esta dictadura.
Desde que Daniel Ortega Saavedra se instaló en el gobierno, en “su segunda etapa de la revolución”, hace ya 11 años, en general el país había permanecido en una relativa calma; a tal punto que las graves violaciones a los derechos humanos contra la vida, la libertad y otros derechos, no habían sido suficiente para estremecer conciencias y poner en su lugar a esta dictadura.
La huelga como instrumento de la
defensa de los derechos y condiciones laborales, desapareció del abecedario de
los poderosos sindicatos, las pocas expresiones de protesta terminaron
reprimidas y sus dirigentes encarcelados, sin mayores traumas para el modelo
tripartido y el casamiento con los más ricos. Obviamente, en esas circunstancias de control y sumisión, los soberbios del poder estaban confiados que no serían aporreados por centro de trabajo alguno que defendiera su seguridad social.
Los crímenes de Estado: masacres,
ejecuciones contra la vida, detenciones ilegales y prolongadas, procesos sin
respeto a las garantías de un legal y debido proceso; expropiaciones y despojos
de propiedades; la corrupción generalizada e impunidad a favor de la familia y
sus allegados; la brutalidad contra toda voz y expresión libre; la censura y
cierre de espacios autónomos de medios de comunicación; la represión a
migrantes también brutal e inhumana, en otras palabras, todas las maldades
habidas y por haber, incluyendo los fraudes electorales y constitucionales, no
le habían hecho mella a la familia.
Además de matar, lesionar y detener en masa, asaltan y roban. Según las
circunstancias y conveniencias, la institución policial y los uniformados del
poder (los para) se turnan los roles criminales y exhiben públicamente
operaciones coordinadas.
Todo le había funcionado bien al régimen dinástico, a tal punto que algunas víctimas terminaban agradeciendo al verdugo por alguna concesión y gracia de lo que debe ser y es un derecho humano.
En fin, todo el largo listado de
abuso de poder que ha caracterizado a la dictadura, hasta hace pocos días
aparentaba no molestar la salud del “buen gobierno, cristiano, socialista y
solidario”, los coros y aplausos de sus comparsas brillaban junto a sus
multicolores mastodontes de latas, expresión del derroche del dinero ajeno y
que en medio de la protesta social de la semana, los manifestantes empezaron a
derribar.
Ese estado de aparente
tranquilidad, conformidad y resignación, llegó a un punto crítico y tenían que ser los jóvenes los que nos diera una extraordinaria lección; la respuesta del poder concentrado en El
Carmen fue una generalizada represión, al extremo de matar, incluyendo a
niños. Con todas sus letras, el poder que nos desgobierna es una dictadura y
sangrienta.
Crímenes de Estado, con la
agravante de la impunidad y al mejor estilo de la novela 1984 (G. Orwel), el
“Ministerio de la Verdad” cínicamente, la Gran Pareja le echa el muerto a los otros, porque “se
matan entre pandilleros”, cuando no queda dudas de que toda la sangre
derramada, vidas perdidas incluyendo la de los policías, es consecuencia del
sistema de violencia ordenada por y para sostener en el poder a la dinastía
Ortega Murillo y su círculos de cómplices y criminales.
La relativa calma, les había
permitido una cómoda sostenibilidad en el poder conservado a punta de fraude y
represión. La soberbia de esos encumbrados por el poder los llevó al extremo de
una borrachera al borde del delirio, por eso su francachela, con la forma de
imponer el “nuevo modelo” para todo lo que les ha roncado.
Por intimidación o seducción,
nadie les hacía sombra aunque hasta en su sombra ven enemigos. Pero, en una
semana de contundente protesta la dinastía se tambalea y comienza a perder el
control social que era casi absoluto, las bases o sus columnas se estremecen,
lo peor para el régimen es el levantamiento de los estudiantes, porque en la
historia reciente de la humanidad, las rebeliones ciudadanas han tenido rostro
de mujer y juventud. Es el rostro del pueblo.
No se había sofocado el incendio
de la Reserva Indio Maíz, cuando la dictadura encendió el fuego de la violencia
de Estado, sin facultades constitucionales para hacerlo, por decreto pretendía
imponer un brutal golpe a la economía familiar con el aumento de las
cotizaciones de los afiliados al INSS y reducción de las pensiones, confiscando
con ello el presente y futuro y con el riesgo de aumentar.
La hegemonía sobre las
universidades se erosionó, los universitarios se alzaron y su voz se multiplicó
y cuando los comenzaron a matar, la población no los dejó solos, ahora los
acompaña, la gente se moviliza recolectando alimentos, agua, medicina y
mascarillas para protegerse de los gases lacrimógenos, hace 39 años sucedió la
insurrección final que votó a aquella odiada dictadura. La historia de oprobio la repiten los Ortega Murillo, ya el pueblo les está dando su lección.
En pocos días se multiplicó la protesta, muchas ciudades rebeladas, la mayoría acompañada de la convicción que facilita la razón, los jóvenes y estudiantes activaron corazones por todas partes, dicen que Monimbó es Nicaragua se levantó, León, Estelí y Matagalpa, Chontales, por el sur y por el norte, por el Caribe también, por todas partes Nicaragua en Rebelión.
Para que no conociéramos sus crímenes intentaron silenciar toda voz que se arriesgara en dificiles circunstancias a decir la verdad, por eso cerraron los canales 12, 14, CDNN (23) 51 y canal Estelí momentáneamente y por varios días 100% noticias, reabierto el día de hoy, luego de una marcha de "grupos minúsculos" que por todo el país se expresaron hasta más de un millón de personas.
En pocos días se multiplicó la protesta, muchas ciudades rebeladas, la mayoría acompañada de la convicción que facilita la razón, los jóvenes y estudiantes activaron corazones por todas partes, dicen que Monimbó es Nicaragua se levantó, León, Estelí y Matagalpa, Chontales, por el sur y por el norte, por el Caribe también, por todas partes Nicaragua en Rebelión.
Para que no conociéramos sus crímenes intentaron silenciar toda voz que se arriesgara en dificiles circunstancias a decir la verdad, por eso cerraron los canales 12, 14, CDNN (23) 51 y canal Estelí momentáneamente y por varios días 100% noticias, reabierto el día de hoy, luego de una marcha de "grupos minúsculos" que por todo el país se expresaron hasta más de un millón de personas.
Cuando Daniel y su esposa
hablaron, el derramamiento de sangre, dolor y muerte estaba en varias partes, y cuando los dos hablaron fue para echarle gasolina al fuego. El que hace de Presidente en
Nicaragua señaló que los jóvenes no conocen la historia, además de referirse a
ellos como pandilleros y no como universitarios. Sobre ese mensaje, mi hija que
es una adolescente, dijo que Daniel Ortega y su esposa, están dando a conocer la historia a los jóvenes,
porque la están repitiendo.
Qué pasará en adelante y después
de una demostración multitudinaria realizada el día de ayer… Dicen que una fiera
herida es más peligrosa, entonces debemos prepararnos para escenarios peores, porque se están reorganizando, aunque por ahorita no encuentran qué hacer, no nos confiemos porque tienen mucho que perder y ya demostraron suficiente de lo que son capaces para conservar su elevado Status Quo.
Ortega derogó el decreto que activó la protesta. No obstante, sus fuerzas represivas asesinaron para imponer lo que nunca se debió aprobar.
Ortega derogó el decreto que activó la protesta. No obstante, sus fuerzas represivas asesinaron para imponer lo que nunca se debió aprobar.
La población en rebelión exige
justicia y grita los nombres de todos los asesinados por la dictadura, el
reclamo es generalizado y por todos los derechos; han sido tanto los abusos y
crímenes de Estado que las y los defensores de derechos humanos reciben muchas denuncias sobre más víctimas. Por eso ahora se oye
también un grito que dice: !No más dictadura!.
La gente se despoja del miedo,
exige derecho a rostro descubierto, abril de 2018 ya es parte de nuestra
historia, no sabemos cómo terminará todo, han sido 8 días de la violencia de Estado que
mató a tantos jóvenes en tan poco tiempo y encarceló y golpeó a centenares por el "delito" de alzarse legítimamente contra la dictadura.
La rebelión universitaria que se extendió en todo el pueblo la puso en jaque. Será acaso el inicio de su ocaso…? No hay dudas que, como dice la canción: Cambia, todo cambia.
La rebelión universitaria que se extendió en todo el pueblo la puso en jaque. Será acaso el inicio de su ocaso…? No hay dudas que, como dice la canción: Cambia, todo cambia.
Siendo ya mayo, la dictadura siguió con la represión criminal, único recurso que le va quedando porque gente es lo que menos tiene. Como en la novela 1984,hablan y hablan de amor, mientras sus fuerzas criminales desatan terror. En tres semanas, tres grandes movilizaciones.La lista de muertos de la represión de abril ha crecido. Ellos, los asesinos, pararon de contar hasta 10 pero no dejaron de matar...Anoche y hoy atacaron la UPOLI y la UNAN Managua, se reportan dos asesinados y muchos heridos. Ya son casi 50 a los que les han privado de su derecho a la vida, los criminales, cobardes y cínicos se vestin de paz y amor y atacan en la oscuridad de la noche, sean policias o paramilitares, al final de cuentas son los mismos asesinos al servicio de la dinastía Ortega Murillo.
ResponderEliminarMuy buena reflexión, Gonzalo, gracias por compartir
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