miércoles, 27 de junio de 2018


La derrota de la dictadura Ortega Murillo y el castigo a todo un pueblo



Después de 70 días del levantamiento popular, Nicaragua y su gente ha dado una demostración de extraordinario civismo sin parangón en nuestra propia historia y como pocas en la historia de la humanidad, sostener una legítima rebelión desarmada, precisamente porque los graves conflictos y contradicciones siempre se habían resuelto por la vía de las armas entre los bandos. En el caso actual, no existen dos bandos, sino un Estado terrorista contra un pueblo desarmado.

La rebelión sorprendió a los tiranos endiosados del poder que, como monarcas absolutos, tienen sometidos hasta el último peldaño de las instituciones del Estado y creían también que tenían en la bolsa a todo el pueblo, bajo el engaño de los derechos convertidos en favores, claro, con el obligatorio agradecimiento casi de rodillas, humillación y aniquilamiento de la dignidad.

La represión generalizada dirigida desde el poder central con diversas bases de operaciones, tiene por misión castigar y aplastar la rebelión con todo el poderío y terror al alcance. Este estado criminal o estos crímenes de Estado, me recuerdan al femicida que antes de matar a manera de sentencia dice “si no sos mía nunca serás de otro”, el genocidio actual es la misma y monstruosa sentencia: Si nosotros no los gobernamos, primero los matamos pero nunca serán gobernados por otros. Los hechos hablan por sí mismos, si no estamos con ellos, entonces terror y castigo.

La nube más alta del poder en que estaban encaramados se les esfumó y se estrellan contra su propia soberbia y engaño, porque la realidad les dijo lo contrario, la dinastía Ortega-Murillo es rechazada mayoritariamente, el pueblo no los quiere más. 

Como su popularidad se vino a pique, solo rodeados por la fusilería de guerra, la reacción del poder ha sido castigar a todo un pueblo, desatando las peores formas de la guerra, sin estar en guerra, asesinando despiadadamente a los hijos del pueblo, mientras los hijos de la familia genocida están bajo buen resguardo, gozando de la fortuna mal habida.

Para la señora esposa del tirano que el recién pasado lunes calificó de milagrosa la operación limpieza que ordenó en los últimos días a sus escuadrones de la muerte, a manera de recuerdo le numeramos la monstruosidad de su “milagro”: 

·    Más de 200 personas, desarmadas en su totalidad, asesinadas o ejecutadas por armas de fuego, en particular por fusiles de guerra y de alta precisión utilizados por franco tiradores, cuyos almacenes están bajo el control de la Policía y el Ejército del régimen.

·   Aproximadamente 1500 lesionados, en su mayoría por las mismas armas nada “milagrosas” de los delincuentes del poder y sus reducidos allegados.

·    Más de 20 niños y niñas asesinadas, entre ellos bebes, a los que no les permitieron gozar ni desarrollar su vida.

·    Centenares de jóvenes lisiados, con secuelas graves y permanentes en sus órganos, sin posibilidad de volver a caminar o a los que les destruyeron la vista, con sus ojos arrancados por los milagrosos francotiradores, dejando una estela de desolación y horror.

·  Detenidos arbitraria e ilícitamente, multiplicados por centenares, perseguidos en una cacería feroz, obligados a huir para que aprendan la lección de que el Estado terrorista impone el “milagro” de tener ciudades y calles limpias, a punta de sangre y fuego.

·    Detenidos desaparecidos, cuyas familias, madres, padres, esposas, novias, hijos y hermanos preguntan por ellos, en diferentes cárceles por todo el país, especialmente en el centro de tortura El Chipote, nombre indigno para la historia de Sandino. 

   Detenidos y torturados, sabe mucho de ese horror señora de los "milagros", seguro que su esposo le habrá contado cuánto sufrió en las cárceles somocista y cómo puede tener alma y estómago para ser responsable de otra y peor dictadura.
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     Nada milagroso son los enviados del binomio ensangrentado, mensajeros del terror que encapuchados esconden su identidad, en su tenebroso recorrido por Masaya, Nindirí, Granada, Jinotepe, Diriamba, Masatepe, El Crucero, León, Chinandega, Estelí, las Segovias, Matagalpa, Sébaco, Jinotega, Chontales, Nagarote, El Caribe nicaragüense, Tipitapa, Las Maderas, Ciudad Sandino, en los barrios orientales de Managua y en la UNAN, última universidad en resistencia, antecedida por la UNI, UPOLI y la UNA.
   
     Dice nuestra Constitución denigrada que, en Nicaragua no habrá más cuerpos armados que el Ejército y la Policía… Los cuerpos constitucionales no dicen ni pío, pero hacen bastante porque son los mismos que desde hace una década mantienen una operación limpieza en el campo, desarmando y matando a campesinos alzados. Si el Ejército no los desarma es porque son de los mismos o son ellos mismos.

      Fusiles de guerra en manos de cobardes, que atacan escoltados y en operación combinada con la policía y otros agentes del Estado que bajo el camufle de particulares, pretenden hacernos creer que no existe participación de fuerzas militares. Éstos últimos, por acción o por omisión están pegados.

¡Un milagro! Nada que ver… Se trata de un panorama criminal y de terror. Es castigar a todo un pueblo que creían jugado de cegua y que desde hace 70 días les viene gritando duro y claro: Basta ya y que se vayan!!!.

El que asesina a su pueblo y además usurpa el poder mediante el fraude y la corrupción NO tiene derecho a gobernar, NO hay constitución ni derecho constitucional que ampare a genocidas y desalmados. 

Eso sí, el camino a la cárcel tiene un proceso que espera por ellos, son pocos los países en que se podrán esconder.

¡Milagro... Asesinos es lo que son!

¡Que se vayan ya!

!!!VENCEREMOS!!!

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