Berta Cáceres: Impunidad un año
después de su asesinato
Plantón en Embajada de Honduras, repudiando el asesinato de Berta
En la madrugada del 3 de marzo del año pasado, fue asesinada
Berta Cáceres, defensora de derechos humanos en Honduras, distinguida
internacionalmente como reconocimiento a su destacada e incansable labor en pro
del medio ambiente, líder de la
resistencia indígena lenca, firmes opositores al proyecto hidroeléctrico Agua
Zarca, promovido por la empresa Desarrollos Energéticos S. A. (DESA), cuyo
proyecto amenaza las aguas del Río Gualcarque, sagrado para los
indígenas y vital para su supervivencia.
A un año del asesinato de Berta, aun cuando se
reportan personas detenidas, se considera que en dicho crimen prevalece
impunidad, dado que los autores intelectuales no están detenidos, por ello la
familia de la defensora indígena y colegas nacionales e internacionales exigen
una investigación a fondo, para que realmente
haya justicia y que el proyecto que atenta contra los derechos humanos
de las poblaciones indígenas no se materialice.
Agentes
del Estado y de la empresa entre criminales materiales
Entre los detenidos, se reportan agentes y ex
agentes del Estado Hondureño, así como a un
empleado de la empresa DESA, ésta se distanció del asesinato de Berta,
señalando no tener participación material ni intelectual. Obviamente, es
difícil imaginar la materialización de dicho asesinato, como obra de la
casualidad o del azar cuando se trata de una mujer (Berta Cáceres) cuyo
liderazgo significó un obstáculo para el proyecto de DESA y para el Estado
hondureño, denunciado internacionalmente por irrespetar los derechos humanos,
como los de la población indígena en ese país.
Una evidencia comprometedora de la
responsabilidad del Estado, la podemos observar en el asesinato de activistas y
defensores de DDHH en ese país, los que se cuentan por más de 100 en los
últimos 7 años. Al respecto, Global Witness, organismo internacional, señala que Honduras es el país
más peligroso para los activistas del medio ambiente, donde 123 han sido
asesinados desde 2010.
Berta fue asesinada precisamente por defender
derechos y en un contexto de amenazas contra su vida que motivaron medidas
cautelares dispuestas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos CIDH.
El asesinato e impunidad generalizada condenan al Estado. Además, en el caso de Berta, entre los asesinos materiales, se mencionan a agentes o ex agentes de dicho Estado.
Entonces: ¿Cómo
se explica la ejecución del crimen, gozando ella de medida de protección internacional?
¿Cómo, el Estado hondureño salva su responsabilidad nacional e internacional si
no previno nada, aun cuando Berta había denunciado decenas de amenazas?
Ejemplo
de lucha
A Berta la asesinaron un día antes de su
cumpleaños. Ayer 4 de marzo era su
cumpleaños 46. Desde chavala se entregó a la defensa de los DDHH de los más
desposeídos y no escuchados como los pueblos indígenas. Su destacada labor
trascendió más allá de sus comunidades y de Honduras, su firme lucha constituye
un ejemplo y esperanza.
Se dice que Honduras es uno de los países más
peligrosos para los y las defensoras, los más de 120 activistas asesinados
certifican esa afirmación. Berta conocía los riesgos, su familia en ocasión del
primer aniversario de su asesinato, reclamó que el Estado nunca la protegió, a
sabiendas de las más de 30 amenazas denunciadas.
Los del poder político y económico, incluido
por supuesto el Estado, la tenían en la mira porque era un obstáculo para “el
proyecto de desarrollo” a cargo de DESA, ella defendía los recursos naturales
pertenecientes a los indígenas. La mataron por defender la vida.
Su muerte no será en vano, tanto en Hondura
como en todos los países que luchamos por un mundo mejor se alza la voz para
que su asesinato no quede en la impunidad.
Para que haya justicia es de derecho
conocer quiénes son los autores intelectuales. Su familia, los indígenas y
defensores de todas partes lo exigen.
Este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer,
es una excelente ocasión para recordar a Berta Cáceres, para alzar su bandera
de lucha, para asumir y renovar compromisos en defensa de los derechos humanos
de las mujeres en Nicaragua.
Abrazos solidarios para las hijas de Berta y toda su familia que sigue en lucha.
Derecho que no se defiende es Derecho que se pierde
Me uno a las demandas de justicia por el asesinato de Berta. Saludos.
ResponderEliminar